Saltar al contenido

Psicología Holística

"Lealtades invisibles: por qué te cuesta ser vos misma y cómo liberarte"

¿Alguna vez sentiste que, al tomar una decisión por vos, estabas traicionando a alguien?

Tal vez elegiste un camino distinto al que tu familia esperaba.
O pusiste límites por primera vez, y eso desató incomodidad o distancia.
O simplemente empezaste a decir más que no que sí… y de pronto te sentiste sola.

Eso que sentimos en esos momentos —la culpa, la duda, el miedo a no ser suficiente— muchas veces no viene solo de nosotras.
Viene de algo más profundo y silencioso: lo que en psicología llamamos lealtades invisibles.

¿Qué son las lealtades invisibles?

El psicoanalista Iván Böszörményi-Nagy llamó a esto lealtades invisibles.

Cuando seguimos ciertos caminos, decisiones o formas de ser…
no porque las elijamos…
sino porque creemos inconscientemente que, si no lo hacemos, estamos traicionando a los nuestros.

Son compromisos emocionales inconscientes que establecemos con nuestra familia, nuestro sistema, nuestra cultura.
No son promesas explícitas. No se firman. Pero operan con fuerza.

Es como si, en algún rincón de nuestro inconsciente, habitara la idea de que para pertenecer hay ciertas cosas que no podemos cambiar.
Y eso puede volverse una trampa.

Porque muchas veces, para crecer, necesitamos soltar.
Y para ser fieles a nosotras, necesitamos ser “infieles” a lo que alguna vez nos contaron que teníamos que ser.

¿Por qué nos cuesta tanto romper con estas lealtades?

Porque nuestro deseo de pertenecer es ancestral y biologico.


Venimos de generaciones que necesitaban ser aceptadas para sobrevivir.

Hoy no es tan así. Hoy, crecer también es diferenciarnos.
Pero nuestro inconsciente no lo sabe.

Por eso a veces nos sentimos culpables por elegir algo diferente,
por poner distancia,
por priorizarnos,
por crear una vida más alineada con lo que somos hoy.

Hace unos años, una amiga muy cercana me compartió algo que me dejó pensando durante días.

Me dijo:

«Yo siempre fui la hija perfecta. La que sacaba buenas notas, la que no daba problemas, la que no hablaba demasiado de sí misma… Todo para que mi papá no se preocupara más de lo que ya lo hacía por mi hermano.»

Su hermano estaba atravesando momentos difíciles.
Y ella, sin que nadie se lo pidiera explícitamente, decidió ocupar el rol de “la que no molesta”.
La que se adapta.
La que sostiene.

Sin saberlo, hizo un pacto invisible:
ser la buena… para que no se rompiera nada más en casa.

Años después, ya adulta, me contaba que había empezado a cuestionarse todo.
Las reglas que nunca desafió.
Las decisiones que tomó casi en piloto automático.

Pero lo más difícil no era cambiar…
Era contarlo en voz alta.

Cada vez que hablaba de sus nuevos proyectos, de su mirada sobre el mundo, o incluso de sus heridas…
algo dentro suyo se encogía.

Era como salir del clóset emocional.
Porque al mostrar su nueva versión, sentía que estaba traicionando la imagen que su familia tenía de ella.

En esta conversacion entendí que esto no le pasa solo a ella.
Nos pasa a muchas.

Porque sí… en la familia, en la escuela, en la sociedad…
aprendemos un montón de cosas que nos constituyen.

Algunas nos nutren.
Pero otras… nos silencian.

Cuestionar eso da miedo:

-Miedo a herir.
-Miedo a no pertenecer.
-Miedo a perder el amor.

Lo que entendimos juntas ese día es que muchas veces no estamos eligiendo desde la libertad…
sino desde la lealtad.

Lealtades invisibles que no se ven, pero que nos guían.

Y cuando no nos damos permiso para cuestionarlas…
terminamos viviendo una vida que no es realmente nuestra.

Carl Jung decía que hay una instancia interna que busca el equilibrio entre lo que heredamos… y lo que verdaderamente somos .

Ese centro es el Self.
Un GPS espiritual que nos llama a ser nosotras mismas.

Pero para llegar ahí…
necesitamos cuestionar.
Necesitamos conocernos.
Necesitamos soltar.

¿Cómo empezar a liberarnos?

  1. Reconocé lo que estás repitiendo
    Preguntate: ¿qué parte de mí actúa en automático para no decepcionar a nadie?
  2. Validá tu deseo
    Está bien querer algo distinto. Está bien no querer lo mismo que quisieron antes.
  3. Practicá la autocompasión
    Liberarte no es traicionar. Es honrarte. Y eso también es un acto de amor hacia el sistema.

4.Creá nuevos pactos
Podés elegir nuevas formas de vínculo. Más auténticas. Más reales. Más tuyas.

Reflexión final.

No viniste a repetir.

Viniste a crear

Y esa creación empieza por mirarte con verdad y elegirte, incluso si a veces no todos lo entienden.

Este es un espacio seguro para eso.
Gracias por estar acá.

🎧 Escuchá el episodio completo en Spotify / YouTube
📩 Para más contenido, seguime en Instagram o suscribite al newsletter.


📌 ¿Te gustaría trabajar este tema en tu propio proceso terapéutico? Acá podés ver cómo trabajo 

.